Morir de éxito, por lo menos figuradamente. La última noticia de que el creador de Flappy Birds, Dong Nguyen, borró fulminantemente el exitoso juego gratuito de la Apple Store y de Android Play me hace reflexionar de por qué sucede esto.
Casos extremos de morir de éxito como el cantante de Nirvana, Kurt Cobain, son un llamado de atención para demostrarnos que la fama y el dinero también tienen su lado oscuro, que no todo es ser exitoso y conocido. Seguramente agobiado por más cosas, no pudo soportar su fama y se fue.
Sin ponernos tan tremendistas, todos hemos conocido a alguien que superado por sus conquistas, deja todo para disfrutar un poco de la soledad y de la simpleza de la vida. ¿Cuántos actores famosos por un único personaje interpretado, termina por odiarlo? ¿Cuántas veces hemos ido a un concierto a escuchar “ese” tema y los músicos no la tocan por estar ya cansados de ella?
En definitiva, nunca podremos saber cómo es llevar una fama y un reconocimiento sin volvernos locos, aunque todo sea dicho, la mayoría de nosotros seguramente no tendremos ese problema. Y si viene algo por el estilo, no olvidarse nunca que no tener tiempo para disfrutar lo conseguido es igual a no haberlo hecho.