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La esperanza en los genes

01 diciembre 2007

Hay noticias que ya no asombran porque se repiten todos los días. Sin embargo no deben tomarse a la ligera.
Actualmente –en realidad desde hace ya muchos años, pero ahora quizá con más fuerza que antes– se asiste a un movimiento de busca de respuestas en los genes. Todas las esperanzas del porvenir del hombre se hallan puestas en el código y su desciframiento, en entender qué se esconde en el engranaje genético y claro, en las posibilidades de modificar ese código esquivo, para alcanzar ya sea la perfección, la felicidad, la inmortalidad, en todo caso los ideales de los que buscan en el laberinto del código.
¿A qué llevará todo eso? Tal vez a Un mundo feliz, tal como lo imaginaba Aldous Huxley. En el punto en el que estamos es difícil no pensar en ello.
Algunos psicoanalistas se han pronunciado al respecto. Por ejemplo Jacques-Alain Miller en
El futuro del Mycoplasma Laboratorium. Lo que señala allí es importante, pues habla de una posición ética frente a todo lo que vendrá y frente a todo lo que está ocurriendo.
En estos días, en un periódico español se ha publicado la siguiente noticia:
"El genetista James Watson afirma que los blancos son más inteligentes que los negros" (El título de la nota periodística fue modificado. Originalmente rezaba: “El genetista James Watson afirma que los blancos son más inteligentes que los negros.”)
El conocimiento acerca de los genes aparentemente no traerá liberación, sino suplicio. Seguramente todo seguirá mal pero, ¿cuándo las cosas han ido bien con el hombre?
Podríamos ser optimistas, en el sentido original de ese término, y aquí yo deseo serlo. Creo que el sujeto prevalecerá. Es inevitable, tal vez incluso ocurra como lo describen en las reiterativas películas que cada año se producen, sobre todo en la actual capital de la industria cinematográfica. En ellas se habla siempre del futuro del hombre y hay en esos mundos imaginados máquinas que son casi humanas o que, por lo menos, intentan serlo. Y entonces esas máquinas hablan y piensan y hasta sienten… y ellas devienen los sujetos en un mundo de hombres que son meros consumidores (con suerte.) Pero es sólo un sueño porque a las máquinas les faltará siempre algo: la sexualidad.
Y es justo lo que hace vanas las esperanzas de los que buscan poder alcanzar sus ideales a través del código. La relación-proporción sexual no puede ser inscrita, y por tanto no está oculta en ningún código genético esperando ser descifrada. Es la intrusa en el cuerpo y viene de otro lugar, no de la biología. Y basta sólo saber eso para tener otra esperanza: que el sujeto se imponga.
Tal vez la esperanza en los genes sea, como en aquel relato de Villiers de L'Isle Adam, sólo una tortura para los genetistas y los biólogos, y también para todos los hombres. Claro que ellos, como hombres de ciencia, no llegarán nunca a saberlo. Es la poesía la que lo sabe. El secreto está en el lenguaje.
Unas líneas de Borges ilustran a los que sueñan con descifrar y reconstruir a través de sus ideales.

Y mientras cree tocar enardecido
el oro aquel que matará la Muerte,
Dios, que sabe de alquimia, lo convierte
en polvo, en nadie, en anda y en olvido
.[1]



[1]Jorge Luis Borges (1958): El Alquimista, El otro, el mismo, Obras Completas, Tomo II, España, Emecé editores, 1996.

Aqueos


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Hugo Chávez, Bolívar y Marx

13 noviembre 2007


Hugo Chavez

Escuchando el programa Estado Nacional (TVN), me llamaron la atención 2 datos bastante sabrosones en relación al presidente de Venezuela. Claramente después de comentar la ya famosa frase “Cállate la boca” del Rey de España, en el programa comenzaron a plantear la situación actual de Venezuela, dentro de la cual salieron los puntos, de los cuales trataré uno en esta entrada.

Jorge Navarrete (Pirincho) hizo alusión a la gran ignorancia que envuelve al presidente Hugo Chávez, que a través de la implementación del Sistema Bolivariano de Educación pretende incluir un curso obligatorio de Marxismo en la enseñanza media. Hasta aquí todo bien, pero si nos ponemos a buscar en la historia de Marx, podemos encontrar unos calificativos bastante entretenidos hacia el distinguido Simón Bolívar, paso a transcribir.

Karl Marx se refirió a Simón Bolívar como el “canalla más cobarde, brutal y miserable. Bolívar es el verdadero Soulouque“, (carta de Marx a Engels de fecha 14-2-1858). En esa misma oportunidad, afirmó que Bolívar era un mito de la fantasía popular: “La fuerza creadora de los mitos, característica de la fantasía popular, en todas las épocas ha probado su eficacia inventando grandes hombres. El ejemplo más notable de este tipo es, sin duda, el de Simón Bolívar“.

Esta parte del texto de Marx, suerte de ‘leyenda negra’ del Libertador Simón Bolívar, fue descubierto en 1935 por Aníbal Ponce en los archivos del Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú, y tras ser traducido, fue publicado por primera vez en castellano en la revista Dialéctica de Buenos Aires en 1936.

Significa que de ahora en adelante, el venezolano envuelto por la fuerza de Karl Marx a través del estudio, se verá confundido al leer estas palabras escritas a su ilustre Simón Bolívar. Que curioso escuchar a un personaje que habla de 2 personajes como uno solo, sin siquiera saber que pensaba el uno del otro. Quien sabe que historia habrá leído Hugo Chávez para tener la idea del Marxismo como curso en el sistema de educación Bolivariano, típico error de confundir el Idealismo con la Historia.

Prisa y lectura

07 noviembre 2007

¡Ah, los tiempos que corren! Ya nadie lee ni nadie quiere leer.
Las noticias deben ser breves, no por un esfuerzo de síntesis y selección de palabras justas que relaten de la mejor forma lo que se quiere decir. Deben ser breves porque el lector está apurado, el tiempo corre, se escapa. Ese hecho se observa en los periódicos, también en las bitácoras (que son semejantes a los periódicos.)
El que escribe mientras tanto lucha también con el tiempo, porque sabe que hay cuestiones que exigen un esfuerzo y que ese esfuerzo no puede (ni debe) evitarse.
El escritor trata entonces de llamar la atención, con títulos extraños y sagaces. Trata de decir todo a veces sacrificando la poesía, el buen uso del idioma, a veces también el sentido.
Es atención esquiva y poco preocupada la del lector contemporáneo. Mira rápidamente, dos o tres líneas deben bastar para saber ya de qué trata el artículo, la entrada, la página, el libro.
Oscar Wilde se refirió a la capacidad de reconocer en pocas líneas la calidad de un escrito. Pero los lectores actuales no son ni críticos ni artistas, sólo desean entretenerse. Olvidar los males de la vida, olvidar la muerte, el sufrimiento.
Poe señaló alguna vez que la primera y la última línea de un escrito son las más importantes. Es el cuidado por la palabra el que denota la calidad de la obra.
Como alguna vez ya hemos mencionado, los argumentos se repiten eternamente. Lo que cambia es la forma, la manera en que cada artista se expresa y hace suyo el arquetipo.
¡Pero qué importa! Ya hemos escrito demasiado. Seguramente el lector nos ha abandonado, ha leído las primeras líneas y ha considerado que estas sólo son quejas. (Es probable que así sea.)
Tal vez estas líneas fueron escritas para el olvido, no obstante la belleza persistirá.


Aqueos
Fuente: Prisa y lectura


Retrato de Oscar Wilde (1882) por Napoleón Sarony:



Retrato de Edgar Allan Poe, por Oscar Halling:



















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