Prisa y lectura

07 noviembre 2007

¡Ah, los tiempos que corren! Ya nadie lee ni nadie quiere leer.
Las noticias deben ser breves, no por un esfuerzo de síntesis y selección de palabras justas que relaten de la mejor forma lo que se quiere decir. Deben ser breves porque el lector está apurado, el tiempo corre, se escapa. Ese hecho se observa en los periódicos, también en las bitácoras (que son semejantes a los periódicos.)
El que escribe mientras tanto lucha también con el tiempo, porque sabe que hay cuestiones que exigen un esfuerzo y que ese esfuerzo no puede (ni debe) evitarse.
El escritor trata entonces de llamar la atención, con títulos extraños y sagaces. Trata de decir todo a veces sacrificando la poesía, el buen uso del idioma, a veces también el sentido.
Es atención esquiva y poco preocupada la del lector contemporáneo. Mira rápidamente, dos o tres líneas deben bastar para saber ya de qué trata el artículo, la entrada, la página, el libro.
Oscar Wilde se refirió a la capacidad de reconocer en pocas líneas la calidad de un escrito. Pero los lectores actuales no son ni críticos ni artistas, sólo desean entretenerse. Olvidar los males de la vida, olvidar la muerte, el sufrimiento.
Poe señaló alguna vez que la primera y la última línea de un escrito son las más importantes. Es el cuidado por la palabra el que denota la calidad de la obra.
Como alguna vez ya hemos mencionado, los argumentos se repiten eternamente. Lo que cambia es la forma, la manera en que cada artista se expresa y hace suyo el arquetipo.
¡Pero qué importa! Ya hemos escrito demasiado. Seguramente el lector nos ha abandonado, ha leído las primeras líneas y ha considerado que estas sólo son quejas. (Es probable que así sea.)
Tal vez estas líneas fueron escritas para el olvido, no obstante la belleza persistirá.


Aqueos
Fuente: Prisa y lectura


Retrato de Oscar Wilde (1882) por Napoleón Sarony:



Retrato de Edgar Allan Poe, por Oscar Halling:



















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